Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Las Bodas de Fígaro en Yelmo Cines (2)

Fecha de publicación: 11 de julio de 2009

Se cumplió el deseo. Terminaba el articulo anterior de las Bodas de Fígaro deseando que pudiésemos ser felices viendo la producción de la misma desde el Teatro Real de Madrid gracias a la proyección en Yelmo Cines de Vigo, y así fue. En brevísimo repaso, destacar lo siguiente por orden de aparición:

LA ÓPERA EN CLASICA2

Mario Vargas Llosa presentó y entrevistó a Jesús López Cobos, discretamente, sin querer robar protagonismo. Muy bien. De valorar que López Cobos se prestase a una entrevista breves momentos antes de bajar al foso cuando la concentración debe ser máxima. Didáctico y de agradecer.

Después, musicalmente, López Cobos transmitió brillantemente el ambiente de esta jornada desenfrenada. Cantando y dirigiendo en algunos pasajes, como pudimos apreciar en la pantalla, mantuvo el ritmo de la trama. Excelente.

Falló al principio la coordinación de los subtítulos y la imagen. El pánico recorrió las filas de butacas. Seguir la obra sin ellos podría haber sido un desastre.

La dirección escénica a cargo de Emilio Sagi, que volvía al Real, una preciosidad. Si el objetivo -declarado por Sagi-, era realizar una producción “hiperrealista” transmitiendo el sabor, el color y el aroma de la Sevilla dieciochesca, no cabe duda que lo consiguió. -Incluso se esparció aroma de azahar por el Teatro en el Acto IV, que no pudimos apreciar en Yelmo-.

Como también consiguió, con su dirección de actores, transmitir los múltiples matices de las Bodas. Hilarante es la situación provocada cuando se esconde Cherubino tras la sábana de la cama en el Acto I o la magnífica escena del descubrimiento de la filiación de Fígaro.

Un pequeño pero hay que poner, a mi modesto entender, a la utilización de la luz al comienzo del Acto II. Una blanca, fría y potentísima luz- Rosina se deslumbró- acompañó a la cavatina de la Condesa, paradigma de la ensoñación y la melancolía que no aconseja tantas “candelas” lumínicas.

Resaltar la rica, variada y colorista escenografía de Daniel Bianco, potenciada por el vestuario goyesco diseñado por la argentina Renata Schussheim. Un lujo. Destacable también la coreografía de Nuria Castejón.

El elenco, en la sesión de ayer, estuvo compuesto por Barbara Frittoli, La condesa de Almaviva; Ludovic Tezier, El conde de Almaviva; Isabel Rey, Susana; Luca Pisaroni, Figaro; Marina Comparato, Cherubino; Carlos Chausson, Doctor Bartolo Raúl Jiménez, Don Basilio y Jeannette Fischer, Marcellina. Todos brillaron a gran altura. Resaltaría la interpretación de Isabel Rey. Gran cantante y magnífica actriz. Y el aria de Marcellina cantada con gran acierto expresivo por Jeannette Fischer.

Para terminar dos notas con respecto al público. En primer lugar me pareció que el público del Real estuvo muy frío. Es una impresión a través de una pantalla y a lo mejor me equivoco. El público es un actor principal en cualquier evento musical. Él también tiene que transmitir emoción, y no parece que ésta abundase ayer en Madrid.

En segundo lugar: -Animo al público que asistimos a Yelmo Cines, a que aplaudamos como si estuviésemos en directo. Escuchar en silencio los aplausos de los asistentes al Real produce una sensación de desolación y lejanía. Acerquémonos con nuestro aplauso. Los cantantes no nos oyen, pero nosotros no debemos reprimir el deseo de expresar nuestra emoción, que además es contagiosa.

¡Aplaudamos!-

Manuel López-Benito