Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

La recuperación musicológica e interpretativa de una misa de Morales

Fecha de publicación: 19 de febrero de 2018

Paulus Pauli nos remite su crítica musical del excelente concierto que el pasado 17 de febrero, Gradualia, grupo vocal de cámara dirigido por Simón Andueza, ofreció en Madrid, dentro de la programación del Ciclo de musica El Canto de Polifemo. Un concierto en el que Gradualia rescató la música más olvidada de Cristobal de Morales

Gradualia, en su concierto en Madrid con música de Cristobal de Morales. Foto: Ruben Garcia

 

OFFICIUM DEFUNCTORUM QUATOR VOCUM. UN VIAJE EN EL TIEMPO

En un rincón, una monjita esconde sus manos entre el hábito de nieve y un chal de gruesa lana, buscando el calor que las entibie de la frialdad del edificio. Hay veces en que sonríe discretamente, emocionada: quizás pensando en otros tiempos o en los que ya no están, cuando las voces nuevas se elevan desde el coro, reverberando en la antigua y barroca bóveda de la cúpula.

Fue el pasado día 17 de febrero, bajo el auspicio de El Canto de Polifemo, cuyo director y programador es Francisco Quirce –que además hizo de cicerone del acto–; una comunidad musical entregada a la labor facilitadora del descubrimiento de nuevos proyectos musicales, sirviendo de nexo entre creadores e intérpretes. Dentro de su temporada 2017-2018, en la iglesia de las Mercedarias de Góngora, Gradualia, grupo vocal de cámara especializado en música anterior a 1750 y fundado en 2013 por Simón Andueza (en la actualidad barítono de coro de la Comunidad de Madrid), ofreció el Officium defunctorum quatuor vocum u ‘Oficio de difuntos a cuatro voces’ del maestro Cristóbal de Morales (1500-1553), sacerdote y maestro de capilla de la catedral de Toledo, el más notable representante de la escuela polifonista andaluza, maestro asimismo de Francisco Guerrero (con Tomás Luis de Victoria y el mismo Cristóbal de Morales, uno de los grandes de la música sacra española y europea del Renacimiento).

Este Oficio de difuntos se nos ofreció buscando el mayor rigor histórico. Al escucharlo nos sentimos trasladados en el tiempo, disfrutando de la liturgia propia del siglo xvi. El Oficio está basado en la Missa pro defunctis a cuatro voces, obra que tuvo una amplia difusión en su época, pero que en la actualidad es menos conocido al haberse difundió el Oficio a cinco voces.

Por si no bastase con la belleza de la composición del genio sevillano del Renacimiento -de equilibrado y complejo discurso polifónico-, la poderosa interpretación de las voces de Delia Agúndez, soprano, Sonia Gancedo, alto, Diego Neira, tenor, bajo la emotiva y profesional dirección de Simón Andueza y el encanto de la iglesia barroca de las Mercedarias (declarada Bien de Interés Cultural), gracias al descubrimiento reciente del Manuscrito número 21 de la Catedral de Valladolid, donde se hallaron las piezas polifónicas nuevas, que se añadían a las habituales de una misa de difuntos, del siglo xvi, pudimos conocer cómo era un oficio de difuntos completo. Los compositores solían escribir tan solo la parte correspondiente a la misa, prescindiendo del resto del oficio. Dichas composiciones, llenas de poesía y esperanza, buscaban el consuelo en los afligidos familiares y asistentes a la misa.

Gradualia interpretó, por tanto, el «Ad officium» y el «Ad misssam» siguientes composiciones propias del oficio completo. Al finalizar la sentida interpretación y los numerosos aplausos, Gradualia ofreció un bis: el «Introitus».

Paulus Pauli

            

 

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