Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Giulio Cesare en directo desde el MET

Fecha de publicación: 12 de abril de 2013

El próximo sábado 27 de abril, el Met de Nueva York retransmitirá en directo y HD la ópera Giulio Cesare, obra con música de George Friedrich Haendel y libreto de Nicola Francesco Haim. En España se podrá ver en Yelmo Cines. A continuación podéis ver la ficha técnica de esta producción, una breve sinopsis argumental y un video promocional con momentos destacados de este excelente evento operístico.

Fecha del evento: 27 de abril de 2013
Natalie Dessay: Cleopatra en la ópera Giulio Cesare de Haendel. Metropolitan de Nueva York 2013


Clásica2, revista de música clásica, ópera y jazzLAS NOTICIAS DE ÓPERA EN CLASICA2

Clasica2FICHA TÉCNICA
Director musical: Harry Bicket 
Director Artístico: David McVicar 
Decorados: Robert Jones 
Vestuarior: Brigitte Reiffenstuel 
Iluminación: Paule Constable 
Coreografía: Andrew George 
 
Clasica2REPARTO
Cleopatra: Natalie Dessay 
Sesto: Alice Coote 
Cornelia: Patricia Bardon 
Giulio Cesare: David Daniels 
Tolomeo: Christophe Dumaux 
Achilla: Guido Loconsolo 
 
Clasica2SINOPSIS ARGUMENTAL Y ARIAS PRINCIPALES
(Fuente: MET de Nueva York)
 
Julio César está envuelto en un amargo conflicto contra Pompeyo el Grande por el control del mundo romano. En su batalla más reciente, en Farsalia (48 a.C.), César ha derrotado a su rival, quien ha huido hacia Egipto, imperio que se halla bajo la regencia de Ptolomeo y su hermana, Cleopatra. César ha seguido a Pompeyo hasta Alejandría.
 
PRIMER ACTO 
El pueblo egipcio le da la bienvenida a César (Cesare) en Alejandría (“Viva, Viva”). Cornelia y Sexto (Sesto), esposa e hijo de Pompeyo, solicitan que los dos romanos hagan las paces, y César está de acuerdo. En ese momento entra Aquiles (Achilla), comandante del ejército egipcio, trayendo la cabeza de Pompeyo como presente de Ptolomeo XIII (Tolomeo), el Rey de Egipto, para César. Horrorizado, César le dice a Aquiles que debe ir a la corte de Ptolomeo para hablar con el rey (“Empio, dirò tú sé”). Sesto promete a su madre que vengará la muerte de su padre (“Svegliatevi nel core”).
 
En sus aposentos en el palacio real, Cleopatra proclama que, un día, el trono será solamente suyo. Nireno, su confidente, le cuenta que su hermano ha enviado la cabeza de Pompeyo para César. Ella decide llegar a César de una manera diferente y más eficaz. (“Non disperar”)
 
Llega Ptolomeo y los hermanos discuten sobre quién es el más apto para ser el soberano egipcio. Después de que Cleopatra sale, Aquiles le cuenta a Ptolomeo que César no ha recibido su presente de buena manera. Aconseja al rey a que mande matar a César. Él mismo, Aquiles, va a llevar el asesinato a cabo si Ptolomeo le promete la mano de Cornelia en matrimonio. A pesar de que él también desea a Cornelia, Ptolomeo accede (“L’empio, sleale”).
 
En su campamento, César contempla la urna que contiene las cenizas de Pompeyo (“Alma del gran Pompeo”). Reflexiona sobre la naturaleza fugaz de la vida. Cleopatra entra y se hace pasar por “Lidia”, una sirvienta de la Reina Cleopatra. César queda impresionado con su belleza. Ella le cuenta a César que, a pesar de haber nacido en cuna noble, Ptolomeo la ha privado de su fortuna. Le pide justicia. César le dice que va en camino hacia la corte de Ptolomeo, donde presentará su pedido (“Non è si vago e bello”). Al salir César, Nireno le asegura a Cleopatra que ella ha conseguido la atención del romano. Cornelia se aproxima para honrar las cenizas de Pompeyo (“Nel tuo seno”). Toma una espada del pabellón de los trofeos y jura venganza por la muerte de su esposo. Sexto le asegura que cumplirá con su obligación (“Cara speme”). Cleopatra se aproxima, aún como “Lidia”, y se ofrece para ayudar con su venganza: puede ayudarlos para tener acceso al palacio (“Tu la mia stella sei”).
 
En el palacio real, César expresa ante Ptolomeo su disgusto por el asesinato de Pompeyo. Cuando se encuentra a solas, reflexiona sobre el astuto cazador que se mueve silenciosamente e invisible (“Va tacito e nascosto”). Parte. Aquiles presenta a Cornelia y a Sexto ante Ptolomeo. Los romanos regañan al rey por el asesinato de Pompeyo; y como castigo por su osadía, el rey ordena que Sexto sea confinado al palacio y Cornelia, al harén. Aquiles intenta seducir a Cornelia, pero ella lo rechaza (“Tú sei il color”). Se retira, dejando que madre e hijo lamenten su destino cruel (“Son nata a lagrimar”).
 
SEGUNDO ACTO 
En el jardín del palacio. Nireno le asegura a Cleopatra (aún disfrazada de “Lidia”) que César quedará fascinado con ella. “Lidia” entretiene a César, presentándose como una virtud (“V’adoro, pupille”). César queda encantado (“Se in fiorito”). Mientras Cornelia sufre (“Deh, piangete”), llega Aquiles y la corteja nuevamente. Entra Ptolomeo. Aquiles le cuenta que no ha tenido suerte con Cornelia, pero asegura al rey de que matará a César aquel mismo día. Cornelia amenaza con suicidarse (“Cessa omai di sospirare”), pero Sexto aparece junto con Nireno a tiempo para impedírselo. Sexto renueva su promesa de matar a Ptolomeo (“L’angue offeso”). Cleopatra pide a Venus que la ayude a conquistar el corazón de César (“Venere bella”). Simula dormir. César entra y queda cautivado con la belleza de “Lidia”. Curio, el tribuno romano, llega corriendo con la noticia de que los egipcios están demandando la muerte de César. “Lidia” revela su identidad de Cleopatra, reina de Egipto, y se ofrece para ayudar a reprimir la insurrección. Le aconseja a César que huya, pero él quiere controlar la situación (“Al lampo dell’armi”). Cleopatra, a solas y reconociendo la extrema vulnerabilidad de César, implora a los dioses por auxilio (“Se pietà”).
 
TERCER ACTO 
Ptolomeo sale victorioso de una batalla entre sus fuerzas y las de Cleopatra; ahora ella es prisionera de su hermano. Después de encadenarla, se retira prometiéndole que pronto, ella se arrodillará ante él (“Domerò la tua fierezza”). Cleopatra lamenta su destino y es transportada afuera (“Piangerò”). César aparece solo a orillas del mar, después de sobrevivir una tentativa de ahogo en el puerto de Alejandría, en donde lo habían dejado por creerlo muerto (“Aure, deh per pietà”). Sexto y Nireno entran buscando a Ptolomeo y César se esconde. Encuentran a Aquiles, mortalmente herido, en la orilla. Confiesa haber asesinado a Pompeyo, les pide que le hablen bien de él a Cornelia, y les da un anillo diciéndoles que cien hombres armados se encuentran listos para obedecer a su portador. Muere. César se adelanta y le quita el anillo a Sexto. Relata cómo se fugó del puerto y les ordena que lo sigan para congregar a los soldados y rescatar a Cornelia y a Cleopatra de Ptolomeo (“Quel torrente”).
 
En sus aposentos, Cleopatra se despide de sus sirvientes cuando César y sus soldados entran para liberarla. Él sale para retornar al campo de batalla, mientras ella se regocija con su repentino cambio de suerte (“Da tempeste”). Ptolomeo intenta cortejar a Cornelia en el harén del palacio, pero Sexto los descubre y mata al rey. Cornelia bendice la venganza de su hijo. César reafirma su amistad para con Sexto y proclama su amor por Cleopatra. La coloca en el trono (“Caro, più amabile beltà”) mientras la multitud celebra (“Ritorni omai”).
 
Manuel López-Benito

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