Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Franz Joseph Haydn y un gran vino: San Román Tinto 2001

Fecha de publicación: 01 de noviembre de 2009

MÚSICA CLÁSICA PARA COCINAR. Música y placer. Hoy es domingo, y los domingos son días apropiados para tomarse, con tranquilidad y saboreándolo, un buen vino mientras escuchamos buena música en compañía de amigos queridos.

Franz Joseph Haydn y un gran vino: San Román Tinto 2001

LA MUSICA CLASICA GOURMET

El aperitivo, o cuando cae el sol a media tarde, son dos momentos mágicos para este placer que aúna, en gratificante maridaje, la presencia de gente allegada, la escucha paladeada de la música, y el placer de beber un gran caldo.Por ello, Clasica2, dentro de su sección de Música Clásica Gourmet, los domingos os irá sugiriendo un vino y una música que cumplan los requisitos para hacernos pasar un momento inolvidable. Dejo de vuestra mano la elección de la compañía.

Para iniciar esta sección, y a modo de preámbulo, deciros que es conocido el hecho que detrás de un gran vino hay siempre un gran río. Nuestro río hoy es el Duero, y sus riberas las de Toro.

EL VINO

Me complace presentaros un vino que tuve la suerte de probar el otro día. Un gran vino; de autor, que no es otro que Mariano García. Su nombre San Román Tinto 2006. La Bodega es la que Mauro tiene en Toro bajo la denominación de Maurodos.

LA CATA

A la vista rojo intenso. En nariz y boca dejemos que sea la bodega la que de su nota de cata:

“Intenso y cremoso en nariz con predominio de fruta negra y una penetrante mineralidad. Demuestra casta y frescura en la boca con taninos bien perfilados, estructura ceñida y magnífica armonía”.

Para Clasica2 cabe destacar, además, que es un vino carnoso, muy afrutado, y con un final largo que lo hace muy especial.

Maurodos informa que el vino se embotelló en mayo de 2009 después de pasar 24 meses en barricas de roble francés y americano de diferentes edades.

AUDICIÓN DE MÚSICA CLÁSICA PARA COCINAR

Mientras nuestros sentidos de la vista, el gusto, y olfato se “alimentan” y “emocionan” con el vino, hagamos que el oído y el tacto no se queden atrás. Para el tacto puede servir cogerle la mano, o ponérsela sobre el hombro, o alrededor de la cintura, (algo se os ocurrirá), a alguno de los asistentes. Para el oído, con este vino, nadie mejor que Franz Joseph Haydn y el III. Movimiento de su Concierto para trompeta y orquesta en Mi bemol Mayor Hob. VIIe:1.

La música, con su chispeante ritmo y timbre, completa la alegría que la compañía y el vino nos producen. Placer total. ¡Feliz domingo a todos!

Manuel López-Benito