LIBROS DE MÚSICA CLÁSICA. Queridos lectores de Clasica2: Me complace recomendaros una joya literaria, en dos volúmenes, que pone de manifiesto la estrecha relación mantenida entre el poeta Gerardo Diego y la música. Un descubrimiento personal que pretendo compartir con todos aquellos que desconocíais este hecho. Su título: Gerardo Diego. Prosa Musical. El primer volumen versa sobre Historia y Citica Musical, y el segundo sobre Pensamiento Musical. La edición y el prólogo son de Ramón Sánchez Ochoa, profesor de Estética e Historia de la Música del Conservatorio Superior de Música de Valencia, Doctor en Filosofía por la Universidad de Valencia y en Musicología por la Universidad de París IV Sorbona. La cuidadísima publicación corre a cargo de la Editorial Pre-Textos
Pero dejemos que sea el Profesor Ramón Sánchez Ochoa quién nos presente esta interesantísima obra mediante el pequeño extracto que publico a continuación y que he tomado del prólogo:
Como una lluvia infinita la música permea la obra entera de Gerardo Diego. Fluye en sus libros, impregna sus páginas, por sus estrofas se filtra hasta el suelo y subsuelo de sus versos: de la fachada al patio, de la cubierta a los cimientos, en esas dos vertientes de su edificio creador que son la poesía de Bodega y la poesía de Azotea.
Poeta músico y músico poeta, esta voz singular del Veintisiete ha vivido y cantado la música como pocos escritores se han atrevido nunca a hacerlo. La música es desde el primer momento el faro que orienta sus versos, la «columna mágica», como escribe en una temprana carta, que le impide perderse en la noche oscura de la creación. Es el «friso sonoro que fluye la fuente» en el breve poema «Estética» y dicta «ritmos ritmos ritmos» en el «tamboril» de su «cerebro».
Es el «palacio transparente de giratorias lluvias» de «Preludio, Aria y Coda a Gabriel Fauré», inagotable surtidor de temas y técnicas para su poesía. Y la música es también y todavía el ideal estético perseguido por sus versos, sus versos más extremados sobre todo, esa poesía absoluta en la línea creacionista que convierte el poema en una realidad nueva, en un puro juego verbal sostenido en sus proporciones y equilibrios internos, que al igual que la música, arte asemántico por excelencia, no reenvía a nada que le confiera sentido fuera de sus versos.
La música, vector y piedra angular de la poesía dieguina. La crítica especializada no ha dejado de repetirlo en la extensa literatura dedicada al poeta. Cualquier lector puede además confirmarlo con sólo asomarse a alguno de sus poemarios. Lo que ni una ni otro podían sin embargo imaginar es el inabarcable espacio ocupado por la música en su obra en prosa. Toda su vida y en paralelo a su producción lírica, el poeta no cesa de publicar, en revistas y diarios españoles e hispanoamericanos de distinto signo, artículos y ensayos sobre distintos temas: recuerdos, literatura, pintura, música, religión o tauromaquia. Responde con ello a una doble exigencia: por un lado, dar salida a sus desbordantes inquietudes intelectuales y artísticas; por el otro, dar entrada a unos ingresos periódicos que complementen su exiguo sueldo de catedrático de instituto.
FICHA DEL VOLUMEN I: HISTORIA Y CRÍTICA MUSICAL
FICHA DEL VOLUMEN II. PENSAMIENTO MUSICAL