Inicio hoy una nueva sección dentro de nuestros Juegos y Pasatiempos de música clásica que denomino "El rincón del Melómano". En ella os invito a que escuchéis un audio, de no más de tres minutos de duración, que llamo CHUPITO DE MÚSICA CLÁSICA, para que me digáis de que obra se trata y quién es su autor. Para amenizar la búsqueda incorporaremos un poema y así realizar un maridaje entre lo lúdico, lo poético, y lo musical. Espero que os guste. Si quieres comprobar tu solución, o conocerla, líneas abajo tienes el enlace a todas las soluciones de nuestros pasatiempos musicales de Clasica2.com que publicamos en esta sección de El Rincón del Melómano. ¡Ánimo a todos!
Os aviso que no es fácil. Sin embargo pretendo que sean una serie de retos para aquellos de vosotros, todos melómanos, a los que os guste probaros y, en su caso, investigar, buscar, comprobar, para encontrar la solución. Todos estos pasatiempos incorporarán una leyenda que sirva de pista.
¡Espero que paséis unos ratos agradables con estos juegos!
CHUPITO DE MÚSICA CLÁSICA Nº 1
Frase- Pista: La música de esta obra es igual o más dramática que la de cualquier compositor de ópera de su época. Durante dos horas y media, y con el concurso de un doble coro y doble orquesta, nuestro compositor nos hace sentir, de manera inigualable y genial, todo un universo de emociones.
¿De qué compositor se trata y cuál es la obra a la que pertenece este chupito? El poema que acompaña a esta música lleva por título "Coplas mundanas" y es de Antonio Machado
Manuel López-Benito
POEMA DE ANTONIO MACHADO: COPLAS MUNDANAS
Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.
Sin placer y sin fortuna,
pasó como una quimera
mi juventud, la primera...
la sola, no hay más que una:
la de dentro es la de fuera.
Pasó como un torbellino,
bohemia y aborrascada,
harta de coplas y vino,
mi juventud bien amada.
Y hoy miro a las galerías
del recuerdo, para hacer
aleluyas de elegías
desconsoladas de ayer.
¡Adiós, lágrimas cantoras,
lágrimas que alegremente
brotabais, como en la fuente
las limpias aguas sonoras!
¡Buenas lágrimas vertidas
por un amor juvenil,
cual frescas lluvias caídas
sobre los campos de abril!
No canta ya el ruiseñor
de cierta noche serena;
sanamos del mal de amor
que sabe llorar sin pena.
Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.
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