Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Modest Mussorgsky: Cuadros de una exposición

Fecha de publicación: 24 de junio de 2009

Programas de Mano de la Hemeroteca de Música Clásica de Clasica2 presenta hoy Cuadros de una exposición de Modest Mussorgsky con motivo del concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica de RTVE el 29 de noviembre de 1991

Modest Mussorgsky y Maurice Ravel unidos por Cuadros de una exposición

NOTAS PROGRAMA DE MANO. MUSSORGSKY CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN ANÁLISIS

Cuando en 1943 Serge Koussevitzky encargó a Bela Bartok el Concierto para orquesta podía moverle el deseo de ayudar a un compositor que estaba pasando por una situación anímica y económica muy delicada. La descripción de Bartok de su estado entre 1940 y 1943 resulta patética; el compositor y su mujer tienen graves problemas de dinero, la enfermedad mina el carácter del músico y como consecuencia pasan hasta tres años sin que escriba una sola nota de música. Es entonces cuando llega el encargo de Koussevitzky, que además de alivio económico supone un notable incentivo psicológico.

Veintiún años antes, el mismo Serge Koussevitzky encarga a Maurice Ravel la orquestación de la obra para piano en forma de suite de Modest Mussorgsky "Cuadros de una exposición", con destino a los conciertos que ese director ofrece en París con su orquesta (los célebres Conciertos Koussevitzky, que animaron la vida musical parisina entre 1921 y 1928). El encargo, nos permite apreciar la gran intuición musical de Koussevitzky, quien además de escoger una obra original muy apropiada para ser traducida a la orquesta, da con el músico más dotado en aquellos momentos para realizar ese trabajo.

Hoy, los Cuadros de una exposición de Mussorgsky son los Cuadros… de Maurice Ravel, a pesar de que la obra original haya sido objeto de otras orquestaciones, desde una parcial de 1891 (diecisiete años después de la composición de Mussorgsky), debida a Touchmalov, hasta la que quizá sea la última, la del pianista y director de orquesta Vladimir Ashkenazy (1983), orquestación que este músico ha llevado al disco.

Lo que hace que el de Ravel sea un gran trabajo orquestal es el respeto y la magnificación de los valores de la música de Mussorgsky. Valores que en el caso de los Cuadros podrían resumirse en una gran expresividad, producto de un planificado discurso narrativo; en la riqueza armónica, en la sugestiva sensualidad, en la propia riqueza tímbrica de la escritura pianística. Valores todos ellos cercanos a la música de Ravel, que apenas si modificó la estructura de la obra (suprimió algunos de los intermedios o “paseos”), y que pudo destacar a través de un trabajo orquestal que constituye el más innovador tratado de orquestación después del debido a Rimsky-Korsakov.

Por lo demás, la propia “personalidad” de la obra de Mussorgsky es cercana a la de Ravel: el exotismo, en ocasiones la descripción, el juego, el distanciamiento irónico..No sabemos muy bien si los dibujos, cuadros y proyectos del arquitecto Viktor Hartmann, dedicatario póstumo de la partitura de Mussorgsky, revelaban la obra de un hombre inteligente. Lo que sí está claro es que la obra del compositor ruso es una obra inteligente, entendiendo este adjetivo en su acepción de obra bien construida que consigue los efectos buscados. No es un “tombeau”, como el de Stravinsky a Debussy. Es un homenaje desde fuera de la piel. Y la orquestación de Ravel es igualmente inteligente, entendido esto en la misma acepción anterior. El público de los últimos setenta años puede atestiguarlo.

AUDICIÓN MUSSORGSKY CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN RAVEL

Escuchemos, y comparemos, la versión original para piano de Cuadros para una exposición de Mussorgsky y la versión orquestal de Maurice Ravel a través de uno de los momentos más emotivos de esta monumental obra musical: El viejo castillo.

Manuel López-Benito