Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Giovanni Battista Viotti (1753-1824)

Fecha de publicación: 15 de diciembre de 2012

Giovanni Battista Viotti (1753-1824) está considerado considerado como uno de los grandes maestros del violín. Probablemente con Nicolò Paganini y Giuseppe Tartini forma la tríada mágica sobre la que se asienta lo más granado de la historia musical del instrumento. Su vida fue apasionante y su legado excepcional. Brevemente lo hilvanamos en este nuevo artículo de la Enciclopedia de Música Clásica de Clasica2

GIOVANNI BATTISTA VIOTTI (1753-1824)

Viotti nació en Fontanello, hoy Italia, el 23 de marzo de 1753. Era hijo de un herrero que tocaba el corno francés y de quién el chiquillo tomó las primeras lecciones musicales. A los trece años de edad el obispo de la diócesis lo envió a Turín para estudiar con Gaetano Pugnani, discípulo de Giuseppe Tartini y que llegaría a convertirse en el primer violinista de la Capilla Real de Turín. Con él realizó, en 1780, una gira por media Europa, tocando en Rusia, Polonia, Inglaterra y finalmente Francia. Allí, en París, Viotti se separó de su profesor para iniciar su andadura musical en solitario. En 1782 aparecerá por primera vez en los afamados Concert Spirituel de París. La crítica dijo del músico:

“Viotti asombra al oyente; pero además hace algo mucho más importante: despierta la emoción, da alma al sonido, dirige las pasiones del público”, y: “Nunca nadie exhibió un tono más fino, una elegancia tan infalible, tal brillantez y variedad”.

Gracias a los avances técnicos del diseño del arco promovidos por la familia Tourte, fabricantes de los mismos durante generaciones, y que posibilitaron, entre otras cosas, que se pudiesen añadir más crines al arco y poder ejercer más presión sobre las cuerdas, Viotti consiguió un sonido mucho más redondo, mas penetrante, más emocionante, que llegó a convertirse en un modelo de sonoridad para los compositores posteriores del siglo XIX. Por otro lado, Viotti componía teniendo presente la inigualable capacidad para el lirismo, para el “dolce cantabile”, que tiene el violín. Sobre esa idea se fundamenta su música.

Su objetivo era llegar a convertirse en el Director de la Ópera de París, máxima aspiración de cualquier músico en Francia. Tras un fallido intento en 1788, Viotti y Leonard, peluquero de María Antonieta, consiguieron una licencia para abrir un teatro de ópera italiana en París. El éxito fue rotundo y sólo se vio truncado, en 1789, tras el estallido del movimiento revolucionario. Viotti huye a Londres y se presenta en los conciertos que regularmente se celebraban en Hanover Square promovidos por Salomon. Una vez más Viotti enamoró al público con su música y su violín. Pero, otra vez, la dicha no iba a durar. En el ambiente flotaba la idea de que estaban infiltrándose en Inglaterra agentes revolucionarios, muchos de ellos provenientes de Francia, que querían socavar la monarquía británica y encender la mecha revolucionaria. Viotti sentía que era “sospechoso” y abandona Inglaterra para establecerse en Hamburgo. Cuando las aguas se calman, dos años más tarde, vuelve a Londres para reverdecer, ahora en la capital inglesa, la ópera italiana como ya había hecho en París.

Tras diversas vicisitudes económicas, y no pocos reveses financieros, Viotti va a dar un vuelco a su vida. Deja la actividad musical para dedicarse al comercio del vino, si bien sigue componiendo.

En 1812 viaja a París. El gusanillo le impulsó a ofrecer varios conciertos públicos. En un segundo viaje a la capital francesa, en 1818, sus amigos y fervientes admiradores parisinos lo proponen para el, en su momento, ansiado cargo de Director de la Ópera de París. Lo ejercerá durante tres años pero no consiguió que aquello funcionase. Probablemente su tiempo ya había pasado. Renuncia al cargo en 1822 y vuelve a Londres donde fallecería en 1824.

Viotti compuso 29 conciertos para violín siendo probablemente el más conocido el nº 22 que escucharemos en Clasica2 para ilustrar musicalmente este artículo. También compuso dos sinfonías concertantes para dos violines, un concierto para violonchelo, 21 cuartetos de cuerda, 21 tríos de cuerda, 51 dúos de violín, 18 sonatas para violín y contrabajo, y 1 sonata para violín y piano.