Gioacchino Rossini, tras el éxito del estreno en París de Guillermo Tell acaecido el 3 de agosto de 1829, abandonó la composición para retirarse. Estaba en la cumbre de su carrera y atrás dejaba un corpus operístico de 39 obras. Sin embargo volvió a componer para amenizar las concurridas y animadas tertulias que con su segunda mujer, Olimpia Pélissier, organizaban en París. El instrumento para el que volvió a componer Rossini fue el piano, como no, el gran instrumento de salón.
Gracias a ello podemos disfrutar de la riqueza melódica y del fino perfil musical de Rossini empleado fuera de la música escénica. Una serie de obras que prácticamente se extienden a lo largo de los últimos diez años de vida del compositor. Como colofón a esta corriente musical pianística de Rossini podemos citar su obra Marche et Réminiscences pour mon denier voyage, título que se explica por si solo y donde el compositor de Pésaro cita casi literalmente pasajes de algunas de sus óperas para finalizar con unos cuantos retazos de su Réquiem.
(*) Sorbitos de Música Clásica de Clasica2, un remanso musical explicado en pocas palabras y que pretenden servir para hacer un alto en el camino de nuestro quehacer diario y cobrar nuevas energías para continuarlo.
BOLETÍN DE CLASICA2: Si quieres estar puntualmente informado de las publicaciones de Clasica2 suscríbete al BOLETÍN y recibirás en tu buzón de correo las actualizaciones más interesantes, nuevos vídeos y audiciones, eventos próximos... Totalmente gratuito.