ENCICLOPEDIA DE LA MÚSICA CLÁSICA. Son muchas las circunstancias que tienen que concurrir para que una canción se convierta en inolvidable. Su texto, la música, las voces, unidas a nuestro estado de ánimo como oyentes, están entre las imprescindibles. Sin embargo de estas cuatro columnas sobre las que se sustenta la emoción de una canción sólo dos son fijas: el texto y la música. Las otras dos varían siempre. Ni nosotros estamos en cualquier momento predispuestos a emocionarnos con una canción, ni un intérprete canta dos veces igual, y, por descontado, que decir cuando cantan dos intérpretes distintos. De esta última situación se ocupa nuestra audición comparada de hoy.
¿Cómo cambia la emoción que produce la escucha de una canción si la interpretan dos voces de tesitura diferente? ¿Qué matices potencia una de ellas y cuál la otra? ¿Puede llegar a cambiar el sentido general de la emoción? ¿Cuál nos emociona más? Estas son algunas de las cuestiones que os proponemos tras escuchar la canción Nacht un Traume de Franz Schubert interpretadas por una soprano y por un barítono. Con independencia de cuales sean nuestras preferencias convendréis conmigo que los afectos son, cuando menos, diferentes.
Soprano
Barítono
Heil'ge Nacht, du sinkest nieder
Nieder wallen auch die Träume
Wie dein Mondlicht durch die Räume,
Durch der Menschen stille Brust.
Die belauschen sie mit Lust;
Rufen, wenn der Tag erwacht:
Kehre wieder, heil'ge Nacht!
Holde Träume, kehret wieder!
Holde Träume, kehret wieder!
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Sagrada noche, tú desciendes,
y descienden también,vagando, los sueños
que atraviesan el sosegado pecho de los hombres,
que como tu claro de luna se esparce en el espacio.
Y les susurran tales gozos que
cuando despierta el día gritan:
¡Regresa, sagrada noche!
¡Volved, felices sueños!
¡Volved, felices sueños!
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