Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Brahms: Wir Wandelten Op. 96 Nº 2

Fecha de publicación: 13 de junio de 2009

ENCICLOPEDIA DE LA MÚSICA CLÁSICA. Comentaba en el primer artículo de esta sección, - ¡Un descubrimiento musical!- la emoción que supone encontrar páginas desconocidas cuya audición nos conmueve desde los primeros compases. Si la búsqueda es activa como en mi caso, es decir, ejercitando mi natural curiosidad por oír cosas nuevas, quiero imaginarme que lo que siento es comparable a lo que deben sentir los arqueólogos o los investigadores en cualquiera de las disciplinas del saber ante un descubrimiento de algo que persiguen con pasión. Y por eso lo quiero dejar por escrito aquí. Si sirve de ejemplo para que oigáis y busquéis en parajes musicales ignotos me sentiré recompensado. 

Johannes Brahms en Clasica2

 

Música clásicaGRANDES OBRAS DE LA MÚSICA CLÁSICA

Una de las ventajas que tenemos los buscadores de recompensas musicales la representa el hecho de que los caminos de búsqueda son variados y los éxitos múltiples -lo que nos anima a seguir en nuestra búsqueda.- Ellos, los investigadores algunas veces -y sólo algunos- ven coronado por el éxito su investigación. Desde luego conseguirlo más de una vez es harto improbable. Pero para nosotros es mucho más fácil. 
  
Si sistematizamos la búsqueda encontramos que a veces el premio está en una interpretación “distinta” de una obra muy conocida; otras veces se encuentra en una página poco conocida de un compositor consagrado; las más de las veces lo que descubrimos es a un compositor “olvidado” que, de repente, se nos muestra como aquello que estuvimos buscando y no habíamos encontrado. El tesoro en este caso puede ser inconmensurable. 
 
Además va a verse acompañado por otro placer, no menor -el que representa salvar las dificultades que entraña encontrar discografía de un compositor “olvidado". La faceta de coleccionista, que todos llevamos dentro, aflorará en todo su esplendor. Incluso la búsqueda de ese disco, de esa grabación, y su obtención nos puede producir tanto o más placer que la consiguiente audición de la música clásica.
 
Por último, y esa ha sido la vía de búsqueda que me hizo encontrar lo que os propongo oír hoy, la recompensa se encuentra en las versiones que realizan algunos compositores de páginas concebidas por otros colegas para plantillas instrumentales distintas y en contextos históricos diferentes. La cantidad y la variedad de ejemplos es incontable. Aunque no todas sean tesoros. 
 
Enciclopedia de música clásica
 
 
El de hoy lo concibió en su forma original Johannes Brahms (1833-1897) en el verano de 1884. Se encontraba en Murzzuschlang, tenía 51 años y estaba enamorado. El solterón Brahms estaba enamorado de la cantante Hermine Spies (En la foto). Pero un amor entreverado de una cierta melancolía que produce el saber que el tren del amor ya pasó mezclada  con el sentimiento de renuncia al que lleva verse solo en el andén. 
 
En ese estado de ánimo escribe la obra: "Cuatro canciones (Lieder) para voz y piano Op. 96". La nº 1, 3 y 4 sobre poemas de Heinrich Heine, y el nº 2 basado en un poema de Friedrich Daumer. El que vamos a oír versionado. El texto del Lied Op. 96 nº 2 lo incluyo para que podáis apreciar con mayor conocimiento de causa la versión para órgano. Dice así:
 
"Caminábamos juntos, los dos. ¡Yo estaba tan tranquilo y tú tan callada! ¡Lo que daría por saber que pensabas! ¡Mis pensamientos no pueden ser pronunciados! Sólo una cosa diré: Eran tan hermosos. Eran celestiales. Sonaban  en mi cabeza  como campanillas doradas. ¡Tan dulces y amorosas que en el mundo no hay eco igual!

Audición de música clásicaAUDICIÓN DE MÚSICA CLÁSICA

Brahms: Cuatro canciones para voz y piano Op. 96 nº2  (Versión para órgano)

 
En 1976, en Nottingham, Inglaterra, nació un niño que se llama Robert Quinney. Estudió en el King's College de Cambridge donde, gracias a su aprovechamiento, lo nombraron Organ Scholar –Organista- en 1995. Una vez graduado por la Universidad de Cambridge, se convirtió en Sub-Organista de Westminster Abbey. 
 
Con el órgano de la Abadía, un Willis de 78 pedales, Robert Quinney captura el sentimiento de la canción para voz y piano de Johannes Brahms, y hace que suene así. ¡Un tesoro musical!
 
Manuel López-Benito

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