Comentaba en el primer artículo de esta sección, - ¡Un descubrimiento musical!- la emoción que supone encontrar páginas desconocidas cuya audición nos conmueve desde los primeros compases. Si la búsqueda es activa como en mi caso, es decir, ejercitando mi natural curiosidad por oír cosas nuevas, quiero imaginarme que lo que siento es comparable a lo que deben sentir los arqueólogos o los investigadores en cualquiera de las disciplinas del saber ante un descubrimiento de algo que persiguen con pasión. Y por eso lo quiero dejar por escrito aquí. Si sirve de ejemplo para que oigáis y busquéis en parajes musicales ignotos me sentiré recompensado.