Haendel reutilizó para la composición de Agrippina material procedente de algunas de sus cantatas y oratorios anteriores, cosa muy habitual en aquella época donde los compositores se veían abocados a presentar una producción inmensa, más allá de lo abordable. También tomó prestados pasajes de otros compositores como Reinhard Keiser, Arcangelo Corelli y Jean-Baptiste Lully.