Clásica 2

Napoleón se dirige a Olmütz, al encuentro de los ejércitos aliados, consciente de que sus tropas habían alargado excesivamente las líneas tras el rápido avance por Baviera y Austria y dejando a muchos hombres rezagados. De hecho llega al sur de Olmütz con apenas 50.000 soldados realmente cansados y en pleno invierno. Además las noticias no eran nada buenas. Prusia estaba barajando la posibilidad de integrarse en la coalición antifrancesa, lo que hubiera aportado un gran número de tropas al enemigo y además estacionadas muy cerca del escenario de la batalla. 

  

Por si fuera poco, tres cuerpos de ejército austriacos acantonados en Bohemia y el sur de Austria se dirigían para unirse a las tropas aliadas en Olmütz. Únicamente una arriegada acción militar de "engaño del enemigo" podría salvarlo. Y eso fue lo que pasó. 

    

Atrajo a Alejandro hacia un terreno propicio -Austerlitz. Allí llega el Zar con sus 90.000 efectivos el 1 de Diciembre. Entre tanto Napoleón hace venir, a galope, a dos Cuerpos de Ejército. El de Bernardotte que estaba en Iglau, al noroeste de su posición y el de Davout destacado en Viena. La táctica establecida se concretaba en mostrar un flanco débil de cebo, que hizo coincidir con el que por su posición en el campo de batalla estaría encargado, a ojos de Alejandro, de proporcionar una vía a la retirada hacia Viena si las cosas se torcían, y semi-ocultar al resto de las tropas en el centro y flanco izquierdo de su dispositivo táctico, aprovechando para ello las ondulaciones del terreno. Si Alejandro picaba y se cebaba con el flanco débil podría ser envuelto por el resto de las tropas francesas. Y así ocurrió. 

 

En una mañana fría y con niebla, la del 2 de Diciembre de 1805, se inicia la batalla que enterrará al Sacro Imperio Romano Germánico.

  

Al día siguiente Francisco II pidió el armisticio y Alejandro se retiró a Rusia. La paz se firma el 27 de Diciembre en Presburgo. El mapa geopolítico europeo cambiaría para siempre. Baviera, aliada de Napoleón, se anexionó el Tirol. Prusia, como premio a  su neutralidad, se hizo con el Electorado de Hannover, y la Italia napoleónica se hacia con el Véneto, Dalmacia e Istria. 

No muy lejos de este escenario bélico, Louis Spohr (1784-1859) virtuoso violinista, director  y profesor alemán fue nombrado, en agosto de ese año de 1805, Director Musical de la Corte de Gotha -hoy perteneciente al estado federal de Thüringen (Alemania central)-. Nuestro joven -21 años- y enamoradizo compositor inmediatamente quedó prendado de la hija de una de las cantantes de la corte. Sussana Scheidler se llamaba la madre, y Dorette su joven hija de 18 años. 

  

Dorette era una brillante arpista y aplicada pianista que además hablaba francés e italiano con fluidez. Louis decidió utilizar la música para sus fines amorosos. Compuso un aria para ser cantada por la madre y una sonata para violín y arpa para interpretar con la hija; concretamente la Sonata en do menor. De esta manera merecía a ojos de la madre y, sobre todo, podría estar con la hija en los largos ensayos que dicha pieza requeriría. La música al servicio del amor como tantas veces a lo largo de la Historia de la Música Clásica. 

 

Cuando la obra estuvo preparada para su representación ante los Duques de Gotha, Spohr, así nos lo cuenta en sus notas biográficas, le pidió a la madre de Dorette si dejaba que su hija fuese con él en el carruaje que debía llevarlos al Teatro. 

 

La madre consintió y durante el viaje de ida se sintió tentado a declararle su amor; pero le faltó valor. Cuándo llegaron  a  su destino le tendió la mano para ayudarla a bajar y dice que notó la emoción en la mano de ella. Casi se declara en las escaleras del Teatro sino hubiese sido por que un ujier abrió la puerta para que entrasen en él, continúa diciendo Spohr.

 

La interpretación estuvo cargada de emoción e inspiración por parte de los enamorados. Y termina diciendo: “En el camino de vuelta a casa encontré coraje suficiente para preguntarle: ¿Podríamos tocar juntos de por vida? Rompiendo a llorar, se acurrucó entre mis brazos; el pacto fue sellado de por vida".

  

La boda se celebró el día 2 de Febrero de 1806, 36 dias después de la Paz de Presburgo. Está cambió el mapa de Europa; la sonata cambió la vida de Louis Spohr y Dorette Scheidler.

 

Manuel López-Benito

Escuchemo en su honor el segundo movimiento y último de esta Sonata para violín y arpa en do menor indicado por Spohr como Andante-Allegro. Una página para interpretar mirándose a los ojos, y escuchar con ellos cerrados.

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